Batir en un cazo las yemas de huevo con el azúcar, hasta que la mezcla aumente de volumen y esté espumosa. Calentar unos minutos, incorporar 150 gramos de coco y mezclar muy bien. Dejar enfriar en el frigorífico.
Cuando tengamos una masa más o menos dura, formar bolitas con ayuda de dos cucharillas, pasarlas por el coco restante y colocarlas en canastillas de papel.