Abrir las truchas por el lado del lomo y extraer todas las vísceras (si no
lo ha hecho el pescadero); lavarlas muy bien bajo el chorro del grifo de agua fría
dándoles bien con las manos para que pierdan la película viscosa que les rodea.
Secarlas con un paño o con papel absorbente y meter en la abertura unas hojitas de
estragón.
Si se desea, el estragón se puede sustituir por otra hierba como tomillo, laurel,
etc. ya que el estragón tiene un sabor fuerte característico que no le gusta a todo el
mundo. Colocar las truchas en una fuente refractaria y regarlas con el caldo.
Introducir en el horno, previamente calentado, a temperatura media (175º) durante 10-12 minutos.
El tiempo de cocinado de las truchas dependerá en gran medida del grosor de sus
lomos. Sacarlas del horno y quitarles la piel con cuidado de no romperlas y
colocar las truchas en una fuente de servir. (Esta operación conviene hacerla
cuando las truchas aún estén calientes, ya que cuesta mucho menos trabajo.
Lavar los tomates y el pimiento y pelar la cebolla. Picar las tres
cosas muy menudas y colocarlas en un cuenco. Incorporar el aceite, el vinagre y la
sal y mezclar bien. Cubrir las truchas con la vinagreta y dejar en el frigorífico
tapadas hasta la hora de servir. Adornar con el aguacate pelado y servir con las patatas cocidas.