Cascar los huevos en un cuenco y separar las claras de las yemas. Trocear el chocolate y derretirlo en un cazo con agua al fuego, al baño María. Una vez que se haya formado una crema, ir agregando las yemas, de una en una y mover constantemente. Montar las claras a punto de nieve con el azúcar. Incorporarlas delicadamente a la crema de chocolate y yemas.
Mezclar en un cuenco la leche, el licor de menta y el café soluble. Empapar los
bizcochos de soletilla en el líquido anterior e ir colocándolos en el fondo de un
molde desmontable. Verter la espuma de chocolate sobre los bizcochos y refrigerar
12 horas. Desmoldar, adornar y servir.