Poner la leche en un cazo al fuego y cuando esté templada, agregar el cuajo, mezclar,
apartar y dejar enfriar durante 1 hora para que se separe el suero y obtenga la
cuajada. Pasar por un tamiz para desechar el suero y reservar. Poner 50 grs de azúcar con 1
cuchara de agua en un cazo al fuego y cuando oscurezca cubrir el fondo de un molde
rectangular.
Lavar el limón, secarlo y rallar la cáscara, procurando coger sólo la parte amarilla.
Exprimir la mitad del zumo y reservar ambas cosas por separado. Cascar los huevos
en un cuenco, agregar el azúcar y batir hasta obtener una mezcla blanquecina y
espumosa. Incorporar la harina y trabajar un poco. Añadir el zumo y la ralladura de
limón.
A continuación, incorporar la cuajada a los huevos, reservando una quinta parte para
la terminación y trabajar todo con una cuchara de madera para que se homogeinicen
todas los sabores. (Si se desea se puede mezclar con una batidora eléctrica, con las
varillas adecuadas, para asegurase que la masa esté bien suave y sin grumos).
Verter en el molde caramelizado y llevar al horno calentado previamente. Cocer a
media potencia una media hora o un poco más, si comprueba que no se ha cuajado.
Dejar enfriar y desmoldar en una bandeja. Mezclar en un cuenco la cuajada reservada
con la miel, meter en una manga pastelera, adornar la quesada y servir.