Calentar la leche con la vainilla; apartar del fuego y dejar infusionar 15 minutos. Batir las yemas con 4 cucharadas de azúcar y la maicena en un cazo de fondo grueso; añadir la leche sin la vainilla, y llevar al fuego, removiendo sin parar hasta que espese. Pelar las peras dejando el rabito. Hacer un almíbar con el resto del azúcar, piel de limón y 1 taza de agua; cocer las peras en este almíbar (añadir más agua si es necesario); las peras deben estar de pie y juntas. Cuando estén blandas pero sin que se deshagan, apartar y dejar enfriar en el almíbar. Servir las peras con la crema fría y adornar con naranja confitada o al gusto.