Poner las lentejas en remojo durante seis u ocho horas, dependiendo de la calidad y tamaño. Pelar la cebolla y picarla finamente. Calentar el aceite en una cacerola y rehogar la cebolla hasta que esté transparente.
Incorporar el pimentón y las hebras de azafrán; dar unas vueltas rápidas y agregar las lentejas escurridas.
Mezclar todo muy bien y añadir los cominos y la hoja de laurel. Incorporar agua hasta que las lentejas estén cubiertas, añadir sal, tapar y cocer a fuego suave durante unos veinte minutos.
A continuación, pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en dados. Incorporarlas a las lentejas junto con la leche. Tapar y continuar cociendo hasta que las lentejas estén tiernas y en su punto. Justo antes de servirlas, desmenuzar el queso y repartirlo por la superficie de las lentejas para que se reblandezca un poco y se caliente. Servir adornadas con perejil u otra hierba al gusto.