Caramlizar una flanera al fuego, con 3 cucharadas de azúcar y 1 cucharada de agua, durante 7-8 minutos, hasta que tome un bonito color dorado, sin parar de mover. Dejar enfriar y reservar.
Poner los huevos en un recipiente, añadir el azúcar restante y batir hasta que la
mezcla quede espumosa.
Calentar la leche en un recipiente junto con la vainilla hasta que esté hirviendo.
Verterla sobre los huevos, poco a poco, y revolver continuamente.
Verter la mezcla sobre el molde acaramelado y llevar al horno a temperatura media, al baño María
durante 20 minutos, hasta que cuaje. Comprobar la cocción introduciendo la punta de
un cuchillo, hasta que salga limpia. Dejar enfriar bien antes de desmoldar. Adornar al
gusto.