Poner en el frigorífico la leche evaporada y dejarla enfriar durante 12 horas. Pelar y licuar los tomates, agregándoles un poco de agua, si fuera necesario. Cerner la pulpa, agregarle el azúcar y mezclar hasta que el azúcar se disuelva.
Agitar bien la leche, ponerla en un recipiente hondo y batirla hasta que suba y espese.
Agregar, a cucharadas, la pulpa de tomate endulzada, batiendo hasta que todo esté incorporado. Poner la preparación en un recipiente adecuado y congelarla durante varias horas.