Calentar la leche con 300 g de azúcar. Batir las yemas en un cazo de fondo grueso. Cuando la leche hierva, incorporarla a las yemas a cucharadas, removiendo, y poner a fuego suave hasta que espese (sin que llegue a hervir para que no se corte) y sin parar de remover.Apartar del fuego y añadir el café y el extracto de vainilla.Batir las claras a punto de nieve. Hacer una almíbar con el azúcar restante y añadirlo poco a poco a las claras batidas. Verter la crema en una fuente refractaria y cubrirlo con las claras preparadas. Introducir el recipiente en el horno con el gratinador encendido para que se dore la superficie. Servir frío.